Región Metropolitana / Arte sustentable
Transformar lo descartable en algo con valor es la filosofía de Rosa, quien pasó de la quiebra de su negocio a exportar arte sustentable a Estados Unidos.
Rosa Villanueva
Cocoroca
En 2014, tras la quiebra de su negocio de abarrotes en Independencia, Rosa Villanueva enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida. Esta dactilógrafa de profesión tuvo que trabajar como reponedora nocturna mientras buscaba cómo reinventarse. La respuesta llegó a través de un taller municipal de papel maché que, aunque no la convenció del todo, despertó algo en ella: la posibilidad de crear con sus manos.
"No me gustó cómo quedaba la textura del papel maché tradicional", recuerda Rosa. Eso la llevó a investigar por internet hasta descubrir la técnica Cartapesta. El método consiste en cortar meticulosamente trozos de papel de diario, pegarlos con cola fría sobre estructuras de alambre y finalizar con fragmentos de revistas antiguas, historietas, partituras y boletos usados. Sus primeras creaciones fueron gatos, pero las ventas no alcanzaban. Dividía su tiempo entre la reposición nocturna y perfeccionar su técnica durante el día.
El punto de inflexión llegó en 2016 cuando accedió al programa Capital Abeja Emprende de Sercotec. "Ahí me enseñaron diseño, fotografía de producto. Ahí se perfeccionó todo. Hay un antes y un después", afirma. Ese apoyo le permitió formalizar Cocoroca y profesionalizar su propuesta. Hoy produce unas diez figuras semanales, todas inspiradas en su infancia en Renca, rodeada de animales de granja: gallinas, pollos, perros y su distintiva "línea magallánica" con fauna austral chilena.
La transformación de Cocoroca ha sido notable. Además de vender por internet, redes sociales y que sus creaciones se exhiban y comercialicen en el Centro Cultural Palacio de La Moneda, Rosa ha establecido presencia en tiendas seleccionadas de Estados Unidos. Sus encargos llegan desde Chicago y Nueva York y ha realizado pedidos especiales que la llenan de orgullo, como unos perritos para la directora de la película Matrix.
Junto a su marido, Rosa trabaja incansablemente para consolidar Cocoroca como referente de arte sustentable desde Chile. Cada pieza es única, hecha a mano con un proceso lento que requiere destreza y precisión. Mientras amplía su catálogo exportable, mantiene un sueño que refleja su ambición: ver sus animales de papel de diario expuestos en un museo de arte contemporáneo. Su historia demuestra que, con creatividad y perseverancia, lo descartable puede convertirse en arte de valor global.
Noviembre 2025
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